La inserción en el mercado laboral se ha convertido en uno de los mayores problemas a los que se tienen que enfrentar los ciudadanos españoles. Muchas han sido las medidas que se han adoptado para hacer frente a este problema, entre ellas la última reforma laboral que, por ahora, están destruyendo más empleo del que crean. Podríamos contextualizar esta introducción en la actual crisis económica y financiera, pero la triste verdad es que en España nunca hemos llegado a niveles de desempleo mínimos, como pueden ser los casos de otros vecinos de la Europa comunitaria, y siempre hemos estado por encima de la media.

La tendencia en España ha sido realizar estudios universitarios. Un alto porcentaje de jóvenes ha optado por la educación superior, sobre todo por la carrera universitaria, dejando de lado otros tipos de formación que cuentan con mayores ventajas de cara a la salida al mercado de trabajo. Por ejemplo, la Formación Profesional presenta esta ventaja: un porcentaje de inserción laboral cercano al 75% una vez terminados los estudios. En países de Europa, la media de población que cursa estudios de Formación Profesional ronda el 50%, mientras que en España no llega al 25%. ¿Cuál puede ser la causa?

El mercado de trabajo, tan demandado y con tan pocas ofertas que ofrecer, se encuentra en continuo cambio. Las tendencias cambian, y los trabajadores tienen que adaptarse continuamente a unas exigencias que requieren del reciclaje profesional. Esto es igual para todos, pues todos debemos adaptarnos para insertarnos. No obstante, existen ciertos colectivos que se encuentran en desventaja en este respecto. Hago referencia a los colectivos que presentan especiales dificultades de integración laboral, a los que les cuesta un tanto más acceder al mercado de trabajo y readaptarse a las exigencias de este.

 

En el marco de la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y la Formación Profesional, normativa esta que persigue garantizar la formación y el reciclaje profesional, podemos encontrar en el artículo 12, Título II, lo referente a la oferta formativa que se destina a aquellos colectivos anteriormente citados, con problemas de integración laboral. Es de vital importancia ofrecer a estos colectivos más desfavorecidos una oferta formativa adaptada a sus necesidades, intentando alcanzar así la integración sociolaboral de estos.

La inclusión de estos grupos desfavorecidos se persigue, entonces, desde las Administraciones públicas, principalmente desde la Administración local con respecto a las competencias de su ámbito. Para conseguirlo, desde la Administración se adaptarán las ofertas formativas a las necesidades específicas de los colectivos desfavorecidos, como pueden ser los jóvenes con fracaso escolar, parados de larga duración, personas con algún tipo de discapacidad, minorías étnicas, etc. Las acciones formativas ofertadas irán enfocadas a la adquisición de capacidades mediante un proceso de formación que se desarrollará durante toda la vida. Estas incluirán módulos asociados al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y, además, podrán incorporar módulos adecuados para la adaptación a las necesidades específicas del colectivo beneficiario.

En cuanto a los centros  de formación profesional, podrán ofertar programas formativos que se configuren a partir de módulos incluidos en los títulos de formación profesional o certificados de profesionalidad que tengan autorizados y que estén asociados a unidades de competencia del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, siempre y cuando hayan obtenido la autorización de la administración competente. Los susodichos programas también podrán incluir otra formación complementaria no referida al Catálogo.

La oferta de estos programas formativos siempre será una ventaja, ya que la superación de los mismos conlleva la obtención de una certificación, la cual será expedida por la administración competente. Las condiciones en las que esta certificación sea expedida vendrán determinadas reglamentariamente. Por último, cabe decir que la certificación que se obtuviese acreditaría también aquellas unidades de competencia que están asociadas a los módulos incluidos en el programa formativo.

Con la inclusión de estos módulos formativos adaptados a las necesidades específicas de estos colectivos, se facilita en cierto modo la inserción o integración social de aquellos individuos desadaptados socialmente, o que presenten severas dificultades de inserción en el mercado de trabajo. Por lo tanto, ya en 2002, el Gobierno de España vislumbraba la necesidad de una apuesta por la Formación Profesional, dadas las facilidades que puede presentar este tipo de formación de cara a la inserción sociolaboral, pues, al fin y al cabo, el trabajo está interrelacionado con el resto de áreas que componen la vida de una persona. Dentro del marco de las políticas sociales de España, aquellos colectivos más desfavorecidos fueron tomados en consideración y hoy día se siguen beneficiando de la Formación Profesional.

Y tú, ¿a qué estás esperando?

 

Jesús Martín Barranco

Dpto. Servicios Sociocomunitarios y Formación

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